En una ciudad acostumbrada al rugido de los motores, hoy son los bates, los brazos y los corazones de los Detroit Tigers los que aceleran sin freno. Con récord de 43-24, el mejor de toda la MLB, los dirigidos por A.J. Hinch han convertido el Comerica Park en una fortaleza y la temporada 2025 en una declaración de intenciones: quieren volver a octubre… y quedarse hasta el final.

Detroit no sólo gana, domina. Tiene al mejor abridor de las Grandes Ligas, Tarik Skubal, quien en sus últimas 11 salidas presume marca de 6-0, una efectividad de 1.61, 95 ponches y apenas tres boletos. A su lado, Casey Mize y el veterano Jack Flaherty completan una rotación sólida, respaldada por un bullpen de lujo con Tommy Kahnle, Will Vest y Brant Hurter.

Pero esto no es sólo pitcheo. También es dinamita ofensiva. Spencer Torkelson (15 HR, 45 RBI) y Riley Greene (13 HR, 44 RBI) son el mejor tándem del Joven Circuito, encendiendo el marcador temprano y marcando diferencia en momentos clave. Detroit tiene el tercer mejor diferencial de carreras (+92), solo detrás de Yankees y Cubs, a quienes, por cierto, vencieron en serie reciente.

La experiencia de Gleyber Torres, la versatilidad de un Javier Báez reconvertido en jardinero central, y la mano maestra de Hinch quien este domingo alcanzó su victoria 350 hacen de este equipo una amenaza real. El piloto que ya fue campeón con Houston ahora tiene otra misión: llevar a los Tigres de vuelta al trono.

En la selva de la MLB 2025, los Tigres son los que rugen más fuerte.

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