Alejandro Kirk no solo está teniendo una campaña de redención en 2025; el mexicano está jugando como uno de los mejores receptores de todo el béisbol, confirmando su estatus de estrella con los Blue Jays.
A sus 26 años, el tijuanense ha vuelto a su mejor forma tras dos temporadas discretas. En sus primeros 60 juegos del año, batea para .325, liderando a todos los catchers de Grandes Ligas en promedio. Además, mantiene un porcentaje de ponches de solo 10.1%, el más bajo entre receptores titulares, y figura entre los mejores en OBP y wRC+.
Pero lo de Kirk no se limita al bateo. Defensivamente, está dominando el arte del receptor moderno: líder en carreras salvadas por encuadre (Framing Runs) con +6, segundo en bloqueos por encima del promedio (+9), y en el percentil 100 en “framing” según Statcast. Controla el juego desde detrás del plato con la misma solvencia con la que lo hace con el bate.
Firmado por los Blue Jays cuando tenía apenas 17 años, Kirk nunca jugó en Doble-A ni Triple-A antes de debutar en MLB en 2020. Su ascenso fue tan poco convencional como su físico, pero eso no ha impedido que se convierta en uno de los jugadores más eficientes y completos en su posición.
Toronto apostó fuerte por él en marzo con una extensión de cinco años y 58 millones de dólares, a pesar de su rendimiento irregular en 2023 y 2024. Esa confianza está dando frutos: Kirk ha respondido mejor que nunca tras trabajar en su condición física y recuperar su nivel ofensivo.
Aunque Cal Raleigh, de los Mariners, está en un nivel histórico al frente de los catchers, Kirk se ha consolidado claramente como el segundo mejor de toda la MLB. Y para México, su éxito representa un nuevo orgullo en las Grandes Ligas, abriendo camino como uno de los pocos receptores mexicanos en destacarse a este nivel.
Con la temporada en plena marcha y los Blue Jays en ascenso, Alejandro Kirk no solo ha vuelto, sino que lo ha hecho más completo, más confiado y más dominante que nunca.





