En su noche más importante desde que llegó al fútbol mexicano, Sergio Ramos apareció como en sus mejores tiempos para rescatar el empate de Monterrey ante el poderoso Inter de Milán en el Mundial de Clubes. Un cabezazo letal del veterano central español, al minuto 25, le dio vida a los Rayados en un partido de altísimo nivel disputado en suelo neutral.
“Fue una jugada ensayada, necesitaba el bloqueo de mi compañero para llegar con ventaja. Por suerte salió bien”, dijo Ramos tras ser elegido jugador del partido. Pero fiel a su estilo de liderazgo, el ex del Real Madrid no se quedó con el mérito individual: “El premio personal es una alegría, sí, pero aquí lo que importa es el equipo”.
El gol llegó tras un gran centro de Óliver Torres, compatriota de Ramos, en una acción que demostró que Monterrey vino a competir, no a pasear. Aunque Lautaro Martínez empató antes del descanso, Rayados mantuvo la compostura y jugó de tú a tú frente al subcampeón de Europa.
Ramos, líder en defensa y en el vestidor, confesó que ya piensan en River Plate, próximo rival en el grupo. “Hicimos muchas cosas bien, pero también cometimos errores. Tenemos que analizarlos y mejorar, porque ante River la exigencia será altísima”.
Rayados, que llegó al torneo con dudas por su eliminación en la Concachampions y el Clausura, envió un mensaje claro al mundo: con Ramos al frente, el sueño internacional sigue más vivo que nunca.





