Mientras los Padres siguen cuesta abajo con cinco derrotas consecutivas, Luis Arráez no baja la guardia. El venezolano volvió a duplicar con el madero en la derrota 4-3 ante los Dodgers y extendió su racha de juegos consecutivos con al menos un hit a cinco, consolidándose como el líder de bateo en una categoría clave, por encima de nombres como Shohei Ohtani, Juan Soto y Vladimir Guerrero Jr.
Apodado “La Regadera” por su capacidad para regar imparables por todo el campo, Arráez se lució una vez más desde la caja de bateo. Abrió el juego conectando un sencillo hacia la banda contraria frente a Emmet Sheehan, su especialidad. Más adelante, en la novena entrada, volvió a responder con otro inatrapable ante Justin Wrobleski, encendiendo una ofensiva que igualó momentáneamente el marcador para San Diego.
Aunque los Padres terminaron cayendo por un jonrón de Will Smith en el cierre del juego, el yaracuyano sigue haciendo su trabajo. En sus últimos cinco encuentros, Arráez batea para una línea de .391/.391/.435/.826 con nueve imparables, un doble y dos remolques en 23 turnos al bate.
Con su promedio de .283 en ascenso y liderando el ranking de hits entre los latinos más destacados de la temporada, Arráez demuestra que el arte del bateo fino aún tiene un lugar en las Grandes Ligas. No necesita poder descomunal ni batazos de 450 pies: su consistencia y contacto lo mantienen como uno de los peloteros más temidos cada vez que se para en el plato.
Mientras los Padres buscan levantar cabeza, Arráez sigue siendo el motor silencioso que empuja con batazos, no con ruido. Y en una liga donde el protagonismo suele llevar apellidos más ruidosos, Luis se ha ganado el suyo a punta de puro talento.





