Con el alma en juego y Tyrese Haliburton renqueante, los Indiana Pacers firmaron una de sus mejores actuaciones del año para vencer de forma contundente 108-91 a los Oklahoma City Thunder en el sexto juego de las Finales de la NBA. La serie, que ha sido un vaivén de emociones, se definirá en un séptimo y decisivo partido el domingo en Oklahoma.

Haliburton, que llegaba entre algodones por una lesión en la pantorrilla derecha, respondió como lo hacen los grandes: con carácter. En solo 22 minutos anotó 14 puntos y regaló magia, incluida una asistencia sin mirar que Pascal Siakam coronó con una volcada descomunal. “No podía dejar de intentarlo, me lo debía a mí mismo y al equipo”, dijo el base tras el juego.

Pascal Siakam volvió a demostrar que es el motor emocional de estos Pacers. El camerunés sumó 16 puntos y 13 rebotes, liderando un parcial de 68-34 en dos cuartos que desarmó por completo a unos Thunder irreconocibles. El equipo de Rick Carlisle también sacó oro del banquillo, donde Obi Toppin brilló con 20 unidades y T.J. McConnell aportó energía y liderazgo con 12 puntos, nueve rebotes y seis asistencias.

Oklahoma, que parecía tener controlado el arranque con una ráfaga inicial de intensidad, se diluyó tras el primer cuarto. Ni la entrada de Alex Caruso en el tercer periodo, ni el esfuerzo de Shai Gilgeous-Alexander (21 puntos), evitaron el colapso. El equipo de Mark Daigneault terminó el partido con 21 pérdidas de balón, ocho de ellas de su máxima figura.

El anillo se decidirá el domingo en el Paycom Center, con toda la presión para unos Thunder que buscan su primer título desde que la franquicia llegó a Oklahoma. Indiana, con el corazón de Haliburton y el alma de Siakam, llega con el impulso de los que no tienen miedo a desafiar la lógica.

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