Es la primera mexicana en 30 años que gana un partido de singles en el Grand Slam británico
LONDRES — El césped de Wimbledon volvió a ver ondear con fuerza la bandera de México. Renata Zarazúa escribió una nueva página dorada para el deporte nacional al convertirse en la primera tenista mexicana en 30 años que gana un partido de singles en el torneo más prestigioso del tenis mundial.
Zarazúa se impuso con autoridad sobre la belga Yanina Wickmayer por 6-0 y 6-3 en la cancha 9 del All England Club, firmando así su primer triunfo en Wimbledon y avanzando a la segunda ronda del certamen. No se trató solo de una victoria, sino de una actuación dominante, madura y estratégica frente a una rival con más experiencia en estas instancias.
El logro de Renata no es menor: desde que Angélica Gavaldón alcanzó la tercera ronda en 1995, ninguna mexicana había logrado ganar un partido en singles en Wimbledon. Tres décadas después, es Zarazúa quien retoma la antorcha con paso firme y mirada decidida.
Una victoria que vale más que un marcador
Aunque su rival actual ocupa un lugar lejano en el ranking WTA, la serenidad, la eficacia en los puntos clave y el temple competitivo de Zarazúa fueron las verdaderas claves. La mexicana quebró el servicio de Wickmayer en seis ocasiones, controlando el ritmo del partido y manteniendo siempre la iniciativa.
Renata finalizó el encuentro con un 61% de puntos ganados con su primer servicio, apenas una doble falta, y sobre todo, la sensación de estar lista para dar más en el escenario más tradicional del “deporte blanco”.
Lo que viene
Zarazúa enfrentará ahora a una rival de mayor peso: la ganadora entre Amanda Anisimova (cabeza de serie N°13) y la kazaja Yulya Puntintseva. El reto crece, pero la confianza también.
Además, la capitalina también disputará el cuadro de dobles junto a Giuliana Olmos, otra figura clave del tenis tricolor, formando una dupla con ambición.
Un momento que trasciende
Más allá del resultado, la presencia constante de Renata en los Grand Slams, y ahora esta histórica victoria, confirman que el tenis mexicano vive un nuevo despertar. Renata Zarazúa no solo ganó un partido; rompió una barrera simbólica de tres décadas y se convirtió en referente indiscutible para las nuevas generaciones.





