La pesadilla llegó a Houston en forma de una jugada que parecía rutinaria. Isaac Paredes, el cañonero mexicano que lideraba a los Astros en cuadrangulares, cayó lesionado mientras corría a primera base. El diagnóstico preliminar: una lesión “bastante grave” en el tendón de la corva derecho. Y aunque no hay aún un veredicto definitivo, el manager Joe Espada fue claro: la preocupación es real.

Paredes fue enviado de inmediato a Houston para una resonancia magnética, después de abandonar el partido del domingo ante Seattle visiblemente tocado. El mexicano ya había lidiado con molestias en la otra pierna durante junio, pero esta vez todo apunta a un daño mayor. “Sentí cómo se jaló y ya no pude avanzar más”, confesó con tristeza tras el encuentro.

La baja del sonorense es un golpe demoledor para unos Astros que ya estaban golpeados. Sin Yordan Álvarez, Jeremy Peña ni Jake Meyers, ahora pierden también al hombre que había tomado el rol de primer bat y que respondía con poder y disciplina: 19 home runs, 50 remolcadas, un OBP de .359 y, sobre todo, presencia.

Con 17 jugadores en la lista de lesionados, Houston entra en modo supervivencia. Paredes había sido el faro de estabilidad en medio del caos, iniciando 16 juegos seguidos como leadoff y bateando para .306 desde esa posición.

La ofensiva de los Astros ahora queda en manos de veteranos reciclados, prospectos como Brice Matthews y una rotación improvisada. Pero el hueco que deja Paredes, en lo anímico y lo deportivo, no será fácil de llenar.

La temporada aún no está perdida, pero sí herida. Y lo estará hasta que Isaac Paredes vuelva a pisar el diamante.

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