Ni la fiebre por los Red Sox ni la visita de los campeones Dodgers detienen el descontento en Boston. Los trabajadores de concesiones del mítico Fenway Park han iniciado una huelga indefinida, justo antes de uno de los fines de semana más esperados en la ciudad.
Desde el mediodía de este viernes, miembros del sindicato UNITE HERE Local 26 abandonaron sus puestos tras no llegar a un acuerdo con Aramark, empresa encargada de los servicios de comida y bebida en el estadio y en el MGM Music Hall. La huelga podría extenderse hasta el domingo, afectando toda la serie entre Boston y Los Ángeles.
Las demandas no son nuevas: aumentos salariales, mejores condiciones para trabajadores premium, respeto a la antigüedad y garantías frente a la automatización. Pero después de siete meses sin avances, los ánimos estallaron. El llamado a los fanáticos ha sido claro: no comprar en las concesiones mientras dure el paro.
A pesar del calor, la tensión y la amenaza de tormentas, el partido sigue en pie. Aramark asegura que ya tiene un plan para mantener la experiencia del fanático. Pero entre protestas, incertidumbre y un duelo de alto voltaje en el diamante, la magia del Fenway estará puesta a prueba este fin de semana.





