Pretemporada o no, hay estrenos que pesan. Damien Martínez, corredor de ascendencia mexicana por parte de su madre y seleccionado por Seattle en el último Draft, se metió a las diagonales por primera vez con los Seahawks y encendió el Lumen Field en el triunfo 33–16 sobre los Kansas City Chiefs.

Con la ofensiva titular viendo apenas la primera serie, el novato tomó el relevo y no soltó el foco: 11 acarreos, 50 yardas y ese touchdown que valen cinta para el currículum y confianza para el staff. Nada de tímidos tanteos: lectura paciente, corte firme y potencia en zona roja. Celebración con todo el backfield y un vestidor que lo arropó como si llevara años.

Fue una locura estar ahí con los muchachos… una sensación grandiosa volver a la zona de anotación”, dijo después del juego. Suena a cliché, pero en agosto cada yarda es un argumento. Y Martínez está armando el suyo a pulso: puede mover cadenas, absorber contacto y darle a Klint Kubiak una alternativa real detrás del plan A.

Seattle buscaba profundidad y jugadas explosivas; encontró a un corredor que mezcla norte y barrio, paciencia y agresividad. Falta camino ajustes de protección, pulir rutas de escape, pero el primer golpe está dado. Para los Seahawks, es gasolina en la competencia interna. Para Martínez, la confirmación de que pertenece.

Pretemporada en auge, defensas en modo evaluación, pero los momentos cuentan. Damien ya tiene el primero. Y avisa que no será el último.

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