En el Soldier Field, los Chicago Bears dieron un golpe sobre la mesa en la pretemporada al apalear 38–0 a los Buffalo Bills. Fue una exhibición total: ofensiva encendida, defensiva sin fisuras y, sobre todo, el regreso estelar de Caleb Williams, que se robó la noche.

El quarterback novato volvió a sentirse en casa, manejando la ofensiva con temple y precisión en cada serie. Chicago no aflojó en ningún momento: touchdowns bien repartidos, ritmo alto y ejecución limpia que dejaron sin respuesta a una defensiva de Buffalo completamente desbordada.

La otra cara del espectáculo estuvo en la defensa local: los Bears no solo frenaron cada intento rival, sino que borraron del campo a Josh Allen y compañía, firmando un cero histórico en pretemporada que refleja intensidad y hambre competitiva.

Al final, el marcador 38–0 fue algo más que una victoria; fue un mensaje claro rumbo a la campaña 2025: los Bears con Williams al mando se ven peligrosos, y en Chicago se respira la sensación de que este equipo está listo para grandes cosas.

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