En el Dodger Stadium, lo que pintaba como una noche de poder se convirtió en un pulso de ida y vuelta: los Los Angeles Dodgers se impusieron 5-4 a los San Diego Padres gracias a un jonrón decisivo de Mookie Betts en la baja del octavo, y sostuvieron un triunfo que tuvo de todo batazos, respuestas y dramatismo.
Arranque demoledor de los Dodgers.
Los locales se adelantaron con autoridad: Freddie Freeman soltó un tablazo de tres carreras que abrió la caja y le dio a Los Ángeles un colchón cómodo. Además, Andy Pagés llegó a 20 homeruns en la temporada con otro batazo oportuno que mantuvo la presión sobre San Diego.
Los Padres no se achicaron.
San Diego respondió con dureza. En el tercero, Fernando Tatis Jr. conectó un doble productor que metió a los visitantes en el juego, y más tarde Ramón Laureano puso su sello con un cuadrangular (ya suma 19 en la campaña). El empuje continuó en la sexta cuando Ryan O’Hearn remolcó con un doble, y el marcador se ajustó hasta dejar el partido abierto.
Iglesias iguala; Betts sentencia.
Cuando el encuentro ya olía a final apretado, José Iglesias empalmó un rodado en la octava que, entre jugadas y errores, terminó por empatar las acciones: 4-4. Pero el béisbol es de quien aprovecha el siguiente swing: en la baja del octavo, Mookie Betts apareció con un homerun que puso el 5-4 definitivo y desató la euforia local.
Pitcheo y momentos clave.
Los abridores hicieron su trabajo a ratos: Tyler Glasnow y Yu Darvish vivieron noches con altos y bajos Darvish recetó ponches importantes y Glasnow dominó varios outs clave; ya en lo late-innings, el bullpen de los Dodgers respondió para que la ventaja no se esfumara.
Línea y significado.
Dodgers 5 — Padres 4. Un triunfo que le sirve a Los Ángeles para respirar en la serie y que deja claro que, cuando Betts decide, las cosas se vuelven complicadas para cualquiera.





