En Coors Field, la altura y la irreverencia de los Rockies tumbaron la fiesta angelina: Colorado doblegó 8–3 a los Dodgers y le arruinó la noche a Shohei Ohtani.

El golpe que cambió la noche.

Ohtani salió encendido: doblete en la primera, ponches para marcar territorio, pero en la 4.ª se llevó un línealazo en la pierna que lo dejó tocado. No fue lo mismo después. Los Rockies olieron sangre y atacaron sin perdón: Brenton Doyle abrió con doble productor, Orlando Arcia agregó con sac fly y en la misma tanda Tyler Freeman partió el juego con sencillo oportuno. De ahí en adelante, el ritmo lo puso Colorado.

El HR solitario de Teoscar Hernández en la 6.ª parecía una chispa para los Dodgers… pero no lo fue. En la baja, Hunter Goodman devolvió el golpe con hit productor y en la 8.ª cerró la herida con un doble de dos carreras. En la novena trajo un intento tardío de Miguel Rojas con doble de dos, pero la causa ya estaba perdida.

Ohtani cumplió con el show, pero no pudo dictar el destino. Los Rockies le robaron la función y recordaron que en Denver, no hay gigante intocable. Rockies 8 — Dodgers 3.

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