En Camden Yards, los Red Sox sellaron una barrida de fuego: 3–2 sobre los Orioles, con la serie perfecta y el bat encendido de Trevor Story marcando el pulso desde temprano. Todo terminó en manos del cerrador Steven Matz, que lo puso en hielo

La chispa del poder.

Desde el primer inning, Story dejó claro que venía a mandar: home run lead-off, para despertar el juego y sacudir a Baltimore. No dio respiro.

Fue duelo mental. Tanto Story como el rival Colt Povich pusieron ceros, se midieron sin quemarse. Pero Boston fue trenzando su red: doble matanza en la 6.º y atrapadas espectaculares esa de Colton Cowser fue puro sabor lograron que el momentum fuera rojo.

El golpe que decide.

En la 8.º, el bate apareció con clase: Romy González pegó un sencillo decisivo y puso el 3–2 que rompió el empate. Tensión al máximo, pero el golpe estaba en la casa.

En la novena, Matz se vistió de hielo. Ponche a Dylan Beavers, play clave en tercera, y cerró con temple. Los Red Sox cortaron la noche en Camden y pusieron la serie a su favor.

Red Sox 3 — Orioles 2. Poder temprano, oficio en el campo y cierre sin titubeos. Boston supo trabajar cada entrada, cada out y ganó con la calma de quien está acostumbrado a cerrar juegos así.

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