En Fenway, los Red Sox pagaron caro sus errores y se llevaron un batacazo de realidad: derrota 10–3 ante los Pirates, un partido donde la defensa se rompió, el pitcheo se desangró y la energía se evaporó rápido.
Inicio violento.
El partido arrancó cuesta arriba con un batazo productor de Tommy Pham en la primera, y en la tercer entrada llegó el caos: Bryan Reynolds sacudió un imparable de dos carreras que abrión el huracán ofensivo de Pittsburgh. Ningún signo de respiración para Boston.
Bateo letal y defensa rendida.
Los bucaneros no tuvieron piedad: fueron 7-0 en entradas intermedias, incluyendo HR solitario de Oneil Cruz y doblete de Spencer Horwitz que cavaron la tumba. Cada batazo remató errores y dejó en evidencia que los Red Sox habían olvidado cómo cerrar outs.
La reacción tardía de Boston.
Red Sox intentó reaccionar con un HR de Carlos Narváez que acortó distancias y un par de sencillos que pusieron un poco de sabor, pero ya estaba servido.
Final sin consuelo.
El partido se cerró sin brillo: 10–3 final, con los Pirates explotando cada error y Boston pagando el precio de ser un equipo frágil cuando los errores cuentan.





