En Fenway Park, los Red Sox sacaron su garra y se llevaron un triunfo 5–3 frente a unos luchadores Guardians, con momentos que quemaron el estadio y un cierre que jugó con nervios de acero.

Todo comenzó con un gesto de temple. En plena primera entrada, Roman Anthony cruzó el plato gracias a un balk rival, y Romy González lo acompañó con un hit productor que encendió el juego desde el primer turno. Dos decisiones tempranas que marcaron el partido.

Clears respondió con clase. En la segunda entrada, Cleveland se encendió: C.J. Kayfus empujó una carrera con sencillo, y después Brayan Rocchio golpeó doble productor de dos carreras para voltear la pizarra. Cuando parecía que los locales se quedaban sin pulso, Boston desplegó su orgullo.

La reacción de Boston. En la misma segunda entrada, Trevor Story conectó un sencillo impulsor para poner las cosas 3–3. Ese batazo fue más que cifras: fue aviso de que el duelo apenas comenzaba.

Madera firme al borde. En la quinta, José Ramírez brilló con una gran atrapada que apagó fuego, y poco después Carlos Narváez empujó desde la esquina con hit productor que volvió a poner a Boston al frente 5–3. La pasión reventaba en el parque. 

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