En Fenway Park, los Red Sox sacaron el hacha y le cortaron el aliento a los Guardians, bajo una tormenta ofensiva que partió y reconstruyó el juego. Terminaron ganando 11–7, pero el camino fue todo menos cómodo.
Un huracán que estalló en el segundo inning.
Cleveland marcó primero con un cuadrangular solitario de Jhonkensy Noel, pero Boston respondió a la altura: en apenas el segundo episodio, Romy González presentó la ofensiva con un hit remolcador. Ceddanne Rafaela agregó dos con un imparable, y Roman Anthony no se quedó atrás con otro hit impulsor. Aún faltaba lo mejor.
Lowe mete su puñal.
En la tercera, Nathaniel Lowe no se guardó nada: un jonrón solitario que rompió de golpe. Esa fue la chispa que incendió el resto del juego.
Cleveland no se rindió.
Reaccionó con fuerza en el sexto: Austin Hedges largó un HR solitario, David Fry lo siguió con otro que trajo par de carreras, y Brayan Rocchio estampó un bombazo de tres que igualó el marcador 7–7. Todo se puso sin techo.
Historia y fuerza para cerrar el capítulo.
¿Pensaste que Boston daba un paso atrás? Para nada. Rafaela conectó un HR de dos carreras que rompió el empate y encendió Fenway de nuevo. Después, Alex Bregman puso la estocada con un sencillo decisivo, seguido por otro doble remolcador de Jarren Duran y un hit productor de Trevor Story para dejar la pizarra 11–7. Fiesta y sangre caliente por cada metro de césped.
Red Sox 11 — Guardians 7. Un juego que parecía rescatable para Cleveland se convirtió en una lección de carácter mil veces repetida: fuego joven, bateo que responde, y la humildad de entender que en Fenway no se respira si no se pelea.





