La temporada 2025 de los Atlanta Braves se fue a pique desde julio. Lesiones, suspensiones y un lineup parchado transformaron a un candidato al título en un equipo que pelea más cerca del sótano que de octubre. Pero entre tanto gris, hay un rayo de luz: su outfield.
Ronald Acuña Jr., Michael Harris II y Jurickson Profar no solo han revivido el orgullo de Atlanta en la segunda mitad, sino que están rindiendo como uno de los mejores tríos de todo MLB. Y lo sorprendente es que casi nadie habla de ellos.
El inicio: lesiones y suspensiones
La película comenzó torcida. Acuña se perdió los primeros dos meses por otra cirugía de rodilla. Profar, el refuerzo estrella, fue suspendido 80 juegos por PEDs tras apenas cuatro turnos al bate. Y mientras tanto, Harris naufragaba con un .209 de promedio y un OPS de .548 que encendía alarmas sobre su futuro.
El desfile de reemplazos fue un desastre: Eli White, Alex Verdugo, Jarred Kelenic, Bryan De La Cruz, Stuart Fairchild. Ninguno logró sostener al equipo.
El giro: la resurrección del trío
Pero desde el 2 de julio, con el regreso de Profar, todo cambió.
Acuña volvió a su nivel de superestrella: .808 de OPS y 123 de wRC. Harris explotó tras el All-Star con .309 de promedio y 138 de wRC Profar, lejos de la sombra de la sanción, firmó un .878 de OPS y 145 de wRC.
Resultado: desde esa fecha, los outfielders de Atlanta lideran toda MLB en SLG (.501), OPS (.865), wOBA (.372) y wRC+ (139).
Una ventana abierta
El dato más potente: entre julio y agosto, este trío ha sido responsable del 87% de los turnos de outfield de los Braves, y aun con la temporada perdida, han impulsado a Atlanta a ser el sexto equipo con más carreras anotadas en la segunda mitad (216).
Y lo mejor para la afición es que no son piezas pasajeras: Profar tiene contrato hasta 2027, Acuña hasta 2028 y Harris hasta 2032.
¿Y ahora qué?
Los Braves tendrán que reconstruir rotación y bullpen si quieren volver al protagonismo en 2026, pero si algo queda claro es que este trío puede sostener la ofensiva de aquí en adelante. En un año donde todo salió mal, Atlanta descubrió que su futuro y tal vez su próxima Serie Mundial pasa por el guante y el bate de Acuña, Harris y Profar.





