En el Chase Field, los Diamondbacks no solo ganaron: humillaron a los Red Sox 10–5, en una exhibición de poder que encendió al desierto y dejó a Boston sin respuestas.

La chispa inicial

El show arrancó con Geraldo Perdomo soltando un HR solitario que levantó a todo Arizona. Boston igualó rápido con un triple productor de Nathaniel Lowe, pero hasta ahí llegó su voz en el juego.

El inning que rompió todo

Después, llegó la avalancha: Jordan Lawlar anotó en wild pitch, Ildemaro Vargas sacudió un HR de tres carreras que cimbró el estadio y Corbin Carroll añadió su HR número 30 de la temporada como firma de estrella. En un abrir y cerrar de ojos, Boston estaba enterrado.

Arizona siguió encendido. Perdomo volvió a producir con un sencillo, y el lineup parecía interminable. Boston buscaba oxígeno, pero cada entrada era otro mazazo.

La reacción tardía de Boston

En la octava, Bregman, Romy González y Rob Refsnyder intentaron maquillar el desastre con batazos que trajeron carreras. Fue un grito desesperado, un espejismo en medio de la paliza.

Para el noveno, el Chase Field ya era un carnaval. Taylor Rashi bajó la cortina, y con él, las ilusiones de unos Red Sox que fueron simples víctimas de la furia local

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