En el Yankee Stadium, los Detroit Tigers dejaron claro quién mandaba con un desfile ofensivo y defensivo que terminó en un aplastante 11–1 sobre los locales, que nunca encontraron respuestas.

Primeros destellos

Desde el inicio, Detroit mostró agresividad, pero fue en la quinta entrada cuando explotó todo: Gleyber Torres conectó un sencillo que impulsó dos carreras ante Carlos Rodón, rompiendo el hielo y poniendo a los Tigers al frente. A partir de ahí, los Yankees se vieron atrapados en la tormenta visitante.

Defensa que enamora

No todo fue bateo: José Caballero firmó una jugada de antología con giro y lanzamiento perfecto a primera, mientras Javier Báez y Ben Rice levantaron a la afición con atrapadas espectaculares, recordando que la defensa también decide partidos.

Avalancha de carreras

La séptima entrada vio a Torres aparecer nuevamente con un rodado que trajo otra carrera. Pero el gran show llegó en la octava: Riley Greene detonó un jonrón de dos carreras, seguido por un sencillo productor de Parker Meadows y un nuevo cuadrangular de Kerry Carpenter, sentenciando prácticamente el encuentro.

Un destello neoyorquino

Los Yankees evitaron la blanqueada gracias a un jonrón solitario de Austin Wells en el cierre de la octava, un pequeño alivio en medio de una noche negra para la ofensiva local.

Detroit no bajó el pie del acelerador: en la novena, Greene produjo con un elevado de sacrificio y Colt Keith puso la cereza con un hr de dos carreras. Brenan Hanifee se encargó de cerrar el juego y apagar cualquier intento de reacción, sellando el triunfo visitante por 11–1.

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