En Citi Field se vivió una noche de alivio y explosión. Después de ocho derrotas consecutivas, los New York Mets encontraron oxígeno en el momento más inesperado: un swing monumental de Pete Alonso en la décima entrada que dejó tendidos a los Texas Rangers, sellando un 5-2 que se gritó como final de playoffs en Queens.

El duelo arrancó como una batalla de brazos. Nolan McLean silenció durante seis capítulos a la ofensiva texana, mientras Francisco Álvarez y Brandon Nimmo respondieron con batazos oportunos para darle ventaja a los locales. Sin embargo, el bullpen volvió a encender alarmas en la séptima, permitiendo el empate que congeló el ambiente en el estadio.

Con la tensión al límite, Ryne Stanek y Edwin Díaz se pusieron la capa de bomberos y apagaron cualquier intento rival, enviando el choque a entradas extra. Ahí, el beisbol ofreció su final perfecto: bases llenas tras el pasaporte intencional a Juan Soto y un “Polar Bear” que no perdona. Alonso descargó toda la frustración de la mala racha en un cuadrangular de tres carreras que explotó las gradas y borró de golpe la seguidilla de seis triunfos de Texas.

Los Mets (77-73) siguen con vida en la pelea por el wild card de la Liga Nacional y, con su cañonero como líder emocional, demostraron que todavía tienen corazón para soñar en septiembre.

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