Los Angeles Rams firmaron un triunfo de carácter en su visita a Nashville, imponiéndose 33-19 a unos Tennessee Titans que se desmoronaron tras el medio tiempo.

La primera mitad fue una batalla pareja. Puka Nacua abrió el marcador con una carrera hasta las diagonales, pero el novato Cam Ward respondió con temple, conectando pases oportunos que mantuvieron con vida a los locales. Al descanso, la tensión estaba en el aire y parecía que Tennessee tenía ligera ventaja anímica.

Pero todo cambió en la segunda parte. La defensa angelina ajustó y fue letal: Byron Young provocó un strip sack monumental sobre Ward, dejando a su ofensiva con campo corto. En la siguiente jugada, Matthew Stafford no perdonó y conectó con Davante Adams para un touchdown que rompió la dinámica. Desde ahí, los Rams tomaron control total.

Blake Corum castigó por tierra, Davis Allen aportó en momentos clave, y la defensa se encargó de secar por completo a Ward, que nunca volvió a encontrar ritmo bajo la presión angelina. La diferencia en la segunda mitad fue aplastante: los Rams con autoridad, los Titans sin respuestas.

Con este 33-19, Los Ángeles arranca 2-0 y deja claro que su fórmula funciona: jóvenes explosivos más veteranos decisivos, una combinación que ya empieza a sonar peligrosa en la NFC.

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