Septiembre en Chicago no solo huele a otoño y béisbol: huele a historia, raíces y orgullo. Los Cubs presentaron una camiseta especial por el Mes de la Herencia Hispana y Latina, una prenda que trasciende lo deportivo para convertirse en un lienzo de identidad cultural.
El diseño, que combina los colores clásicos azul y rojo, está adornado con un patrón geométrico rojo inspirado en textiles y bordados tradicionales latinoamericanos. Figuras humanas, pájaros y plantas evocan el arte popular de la región, mientras que las icónicas hojas de hiedra de Wrigley Field se entrelazan como símbolo del puente entre la herencia beisbolera de Chicago y las raíces latinas que hoy celebran. Como detalle especial, los aficionados podrán personalizar la camiseta con parches de banderas latinoamericanas, una manera de llevar su país en el pecho junto al escudo de los Cubs.

Pero esta camiseta no está sola. Viene acompañada de una narrativa que se ha construido a lo largo de décadas. Los latinos han marcado con fuerza la historia de los Cubs: desde el pionero Minnie Miñoso, que abrió camino en Grandes Ligas; pasando por el carismático receptor Henry Blanco, líder silencioso en el vestidor; hasta el fenómeno dominicano Starlin Castro, que debutó con jonrón a los 20 años y se convirtió en tres veces All-Star. Y cómo olvidar a Javy Báez, el boricua que convirtió cada jugada en arte y cada batazo en espectáculo, dejando huella imborrable en la afición de la Ciudad de los Vientos.
Hoy, con esta camiseta, los Cubs celebran algo más que un uniforme: celebran un legado vivo en cada fanático latino que llena Wrigley Field y en cada jugador que ha representado con orgullo a su gente. Porque la herencia hispana en Chicago no se lee en los libros de historia: se canta, se viste y se juega en el diamante.





