Gran apertura de Yoshinobu Yamamoto en las cual no permitió carrera.
El inicio de la serie entre Dodgers y Gigantes cumplió con lo esperado: un auténtico duelo en la lomita entre Yoshinobu Yamamoto y Logan Webb.
Desde el arranque se sabía que sería un choque cerrado. Yamamoto llegaba con la misión de mantener su efectividad en 2.66, mientras que Webb buscaba frenar a la poderosa ofensiva angelina. Ambos respondieron a la expectativa. El japonés trabajó poco más de cinco entradas en las que permitió solo un hit, otorgó seis bases por bolas y ponchó a siete bateadores, manteniendo en cero a la ofensiva rival durante su labor.
El cero se rompió hasta la sexta entrada. Ben Rortvedt aprovechó un error del catcher de San Francisco para anotar la primera carrera del juego, y minutos después Freddie Freeman conectó un sencillo al jardín de Jung Hoo Lee que impulsó a Shohei Ohtani con la segunda rayita para los locales.
En la séptima parecía que el bullpen de Los Ángeles volvería a complicarse. Los Gigantes llenaron la casa y, con una base por bolas, Jung Hoo Lee anotó de “caballito” para acercar a los suyos. Sin embargo, Blake Treinen logró contener el ataque y apagar el fuego en el momento clave.
De ahí en adelante, el relevo angelino sostuvo la ventaja y aseguró el 2-1 definitivo. Con la victoria en el bolsillo, los Dodgers ahora le dejan la mesa servida a Clayton Kershaw, quien tendrá mañana su última apertura en casa en temporada regular tras 18 años de carrera, con la oportunidad de asegurar la serie ante San Francisco.






