Max Verstappen no desaprovechó la mala sesión de los McLaren y saldrá desde la pole position.
La clasificación del Gran Premio de Azerbaiyán dejó más de una sorpresa de cara a la carrera de mañana, con un Max Verstappen decidido a recortar puntos en el campeonato y con una sesión histórica por su alto número de interrupciones.
El tetracampeón mundial consiguió su segunda pole position consecutiva en una qualy marcada por el caos: seis banderas rojas, la mayor cantidad en la historia de la Fórmula 1. La primera apareció en la Q1 con el accidente de Alexander Albon. Minutos después, Nico Hülkenberg se estrelló en la curva 4 y quedó fuera de la sesión. El drama continuó cuando Franco Colapinto, piloto argentino de Alpine, sufrió un fuerte golpe en la misma zona, obligando a dar por terminada la Q1. El futuro de Colapinto en la escudería francesa más allá de 2025 sigue en duda, y actuaciones como esta complican aún más su panorama.
La Q2 no se quedó atrás. Oliver Bearman (Haas) tocó ligeramente el muro, dañó su monoplaza y provocó otra bandera roja que detuvo la sesión por diez minutos. Al reanudarse, Lewis Hamilton no logró una vuelta lo suficientemente rápida y quedó eliminado.
La Q3 mantuvo el tono accidentado. Charles Leclerc tuvo un fuerte impacto en la curva 15, sellando un día gris para Ferrari. Pero la gran sorpresa llegó en la curva 3, cuando Oscar Piastri, líder del campeonato, terminó contra el muro y dejó abierta la pelea por el título.
El caos abrió espacio a las sorpresas. Carlos Sainz, con Williams, sorprendió con una brillante vuelta que lo colocó en la segunda posición, solo detrás de Verstappen. Liam Lawson completó el top 3, confirmando que los “underdogs” supieron aprovechar la jornada más accidentada del año.
Con los McLaren rezagados, Verstappen tendrá una oportunidad dorada para acercarse en el campeonato. El neerlandés dejó claro que no piensa entregar el trono fácilmente y que dará pelea hasta el final.
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