Los Broncos dominaron de punta a punta y aplastaron a los Bengals con un marcador contundente de 28-3, emparejando su récord de temporada en 2-2.
Su ofensiva fue explosiva: Bo Nix se redimió tras una intercepción previa, conectando para 336 yardas y tres touchdowns (dos por pase y uno terrestre). Marvin Mims Jr. sumó un touchdown por tierra, y RJ Harvey festejó su primer TD como receptor este año.
Pero no todo fue brillo ofensivo: la defensa se robó el show. Limitó a Cincinnati por debajo de las 200 yardas totales, presionó al quarterback rival con múltiples capturas y mantuvo a raya cualquier intento de remontada.
Es una victoria con mensaje: los Broncos, después de tropiezos, salieron a demostrar que están listos para pelear. Si mantienen este nivel, pueden ser un rival muy peligroso en la carrera divisional.





