En Cleveland, los Guardians reaccionaron con fuerza y empataron la serie al vencer 6-1 a los Tigers gracias a una ofensiva explosiva y el colapso del bullpen enemigo. Actuaron en el momento justo para demostrar que su pase no fue casualidad.
La ofensiva local abrió fuego temprano: George Valera conectó un jonrón solitario en el primero que marcó el tono del partido. A partir de ahí, los Guardianes aumentaron la presión con imparables y rallys oportunos. En el octavo inning, Brayan Rocchio sumó un jonrón que puso el juego cuesta arriba. Luego, Daniel Schneemann agregó un doble productor y Bo Naylor coronó el rally con un jonrón de tres carreras que estiró el marcador decisivamente.
Detroit intentó responder en el cuarto, cuando Riley Greene anotó tras un hit de Javier Báez para poner el 2-1 parcial. Pero ese fue todo su fuego ofensivo: el bullpen de Cleveland se hizo gigante al contener cada intento de remontada. Los relevistas Guardians lucieron sobrios y efectivos, capitalizando cada error y concediendo muy poco.
Mientras tanto, el bullpen de Detroit colapsó bajo la presión. El relevo permitió múltiples hits y carreras en el tramo decisivo, especialmente durante el octavo, donde cedieron la ventaja definitiva. Así, los Tigers se vieron incapaces de contrarrestar el empuje rival.
Con este triunfo, los Guardians forzan un Game 3 decisivo en su casa. Este partido mostró su carácter y capacidad de recuperación: después de caer 2-1 en el primer juego, respondieron con autoridad para mantenerse con vida en la serie.





