Toronto vuelve a soñar con octubre grande. Tres décadas después, los Blue Jays regresan a la Serie Mundial, y el eco de 1993 resuena más fuerte que nunca. Aquella fue la última vez que Canadá entera vibró con un título de Grandes Ligas. La última vez que el beisbol tuvo acento azul, blanco y rojo en la cima del mundo.
La Serie Mundial de 1993 fue mucho más que un campeonato: fue un símbolo. Los Blue Jays, dirigidos por Cito Gaston, se consagraron bicampeones de la MLB tras vencer 4-2 a los Philadelphia Phillies. Pero lo que inmortalizó esa serie fue un solo swing: el de Joe Carter.
Era el 23 de octubre de 1993. Octavo inning. Mitch Williams en la lomita. Toronto abajo 6-5. Carter en el plato.
Un lanzamiento alto, un contacto perfecto, y la pelota volando por el jardín izquierdo del SkyDome.
“Touch ’em all, Joe!” gritó Tom Cheek por radio, en una de las narraciones más icónicas en la historia del beisbol. Joe Carter acababa de sellar un walk-off home run que definió el título. Un batazo que puso fin a la Serie Mundial y colocó a los Blue Jays en el panteón de la historia.
Aquel equipo era un mosaico de talento y carácter: Roberto Alomar, Paul Molitor, John Olerud, Devon White, Rickey Henderson… nombres que todavía se pronuncian con reverencia. Toronto no solo era campeón, era espectáculo. Un club moderno, multicultural y poderoso que representaba el futuro de la MLB.
Hoy, en 2025, los Blue Jays vuelven a ese escenario con una nueva generación que creció escuchando esa historia. Vladimir Guerrero Jr., Bo Bichette y George Springer herederos de aquella leyenda llevan sobre los hombros la misión de reescribir la gloria de Carter y compañía.
La historia no se repite, pero a veces rima. Y Toronto, 32 años después, vuelve a mirar al cielo con la misma ilusión de 1993: la de creer que los sueños, cuando se conectan sólido, también vuelan fuera del parque.





