La NBA vive uno de los días más oscuros de su historia reciente. Una investigación federal de cuatro años conocida como Operación Nothing But Net y Operación Royal Flush ha destapado una red de apuestas ilegales, manipulación de partidos y juegos clandestinos de póker que involucra a jugadores, exjugadores y entrenadores de la liga. Entre los detenidos figuran Terry Rozier, actual base de los Miami Heat, y Chauncey Billups, entrenador de los Portland Trail Blazers.
Según los informes del FBI y la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, el caso se divide en dos ramas:
La primera incluye a seis acusados, entre ellos Rozier, por usar información confidencial de equipos y jugadores de la NBA para realizar apuestas con resultados amañados. La segunda involucra a 31 personas en un entramado de póker ilegal a nivel nacional, en el que se usaba tecnología avanzada como lentes de contacto con cámaras ocultas, bandejas con sensores y hasta mesas con rayos X para manipular cartas y robar millones de dólares.
Entre los implicados se encuentran también Damon Jones, exjugador y asistente en la NBA, y el exraptor Jontay Porter, quien habría sido presionado por sus deudas de juego para participar en la red. El FBI confirmó que 13 de los 37 arrestados tienen vínculos directos con la mafia siciliana “La Cosa Nostra”.
El episodio que pone a Rozier en el centro del huracán ocurrió el 23 de marzo de 2023, cuando, jugando para los Hornets, abandonó un partido alegando una lesión en el pie tras solo nueve minutos. Minutos antes, varios de los acusados habían apostado más de 200 000 dólares a que el jugador tendría un rendimiento por debajo de su promedio. Las ganancias se cobraron esa misma noche.
El caso Billups, por su parte, se relaciona con partidas clandestinas organizadas en lugares exclusivos como Los Hamptons, Miami, Las Vegas y Manhattan, donde celebridades y exdeportistas eran invitados sin saber que las mesas estaban manipuladas. Según el FBI, en una ocasión los acusados incluso asaltaron a una víctima a punta de pistola para robarle una de las máquinas de barajado alteradas.
Las dos operaciones federales suman más de siete millones de dólares en pérdidas para las víctimas y cientos de horas de grabaciones analizadas. La liga ya suspendió a los involucrados y colabora con las autoridades.
Este escándalo no es solo una mancha en la NBA. Es un golpe directo a la confianza del aficionado y al valor más frágil del deporte: la credibilidad.





