Tras 18 temporadas, todas otorgadas al mismo uniforme el de los Los Angeles Dodgers, Clayton Kershaw ha anunciado su retiro al término de la campaña 2025. Su carrera está escrita con tinta indeleble en la historia del béisbol: 222 victorias, un promedio de efectividad de 2.54, más de 3 000 ponches, tres premios Cy Young (2011, 2013, 2014), un MVP de la Liga Nacional (2014) y 11 selecciones al Juego de Estrellas.
Desde su debut en 2008 hasta su despedida, Kershaw no solo fue un abridor dominante con varias temporadas rondando las 200 entradas y más de 200 ponches, sino también un símbolo de constancia y fidelidad a una franquicia que le dio forma y él le respondió con entrega.
Entre los momentos que definieron su legado está su no-hit el 18 de junio de 2014, cuando neutralizó a los Colorado Rockies con 15 ponches, y su pertenencia al club de los 3 000 ponches, siendo apenas el cuarto zurdo en la historia de la MLB en lograrlo.
Pero quizá el mayor cierre de ciclo llegó cuando los Dodgers levantaron nuevamente el trofeo de la Serie Mundial. Y ayer, Kershaw ganó su último anillo con Los Ángeles, coronando su carrera con la gloria que tanto había buscado.
Hoy se cierra el telón de una era. Kershaw ya no buscará la perfección en la lomita; deja detrás una estela imposible de igualar, y se marcha con la certeza de que su nombre vivirá por siempre en el Salón de la Fama.





