Después de 12 años de alianza y de construir juntos una de las marcas más influyentes del baloncesto moderno, Steph Curry y Under Armour han decidido separarse. La ruptura incluye a Curry Brand, que desde ahora quedará independiente y libre de moverse con el propio Curry, quien posee toda la propiedad intelectual del proyecto.
El movimiento llega mientras Under Armour atraviesa una reestructuración profunda: caída del 54% en su valor en tres años, despidos, recortes y el regreso de Kevin Plank como CEO. La compañía confirmó que ampliará su plan de ajuste e incluirá 95 millones de dólares en cargos, parte de ellos ligados a la salida de Curry. Aun así, lanzará el Curry 13 en febrero y mantendrá productos hasta octubre de 2026.
Para Curry, el escenario es histórico: no tiene cláusula de no competencia, lo que significa que puede firmar con cualquier marca o llevar su sub-brand completa de inmediato. Un hecho casi inédito en el mercado deportivo. Atletas como De’Aaron Fox y Davion Mitchell, que pertenecen a Curry Brand, mantienen sus contratos con Under Armour, aunque la marca de Curry tendrá derecho de primera negativa si buscan otra firma.
El impacto es doble: Under Armour pierde a su mayor rostro en el basketball y Curry entra a una etapa completamente abierta, donde Nike, Adidas o incluso una marca propia podrían marcar el inicio de su última gran aventura comercial.





