John Cena se despidió de Monday Night RAW con la clase que siempre lo distinguió: ganando, emocionando y dejando un mensaje final que ya encendió Survivor Series. En su última noche en el show rojo, el Madison Square Garden vibró como en sus mejores épocas mientras Cena cerraba un ciclo que pocos pueden presumir con esa autoridad.
La noche comenzó con Cena retando directamente a Dominik Mysterio para ser su último rival en RAW. Pero antes de cualquier respuesta, el Judgment Day apareció para intentar arruinarle el adiós: Finn Bálor y JD McDonagh lo atacaron sin piedad y lo dejaron tendido. La escena parecía el típico cierre amargo… hasta que llegaron los refuerzos.
Sheamus irrumpió en el ring para equilibrar la pelea y alejar al grupo, pero la verdadera sorpresa llegó segundos después: Rey Mysterio hizo su regreso a WWE después de más de medio año fuera. El público explotó, Dominik se quedó helado y el feudo familiar que marcó una era volvió a prenderse de inmediato.
Con los bandos definidos, Cena, Sheamus y Rey terminaron convirtiendo la arena en un recuerdo que los fans no van a soltar. Primero ejecutaron un Triple Knuckle Sandwich contra el Judgment Day; luego Rey impactó a Bálor y McDonagh con un 619 que hizo gritar a todo el Garden; y finalmente Cena puso punto final a la historia con un Attitude Adjustment que selló la victoria en su último RAW.
Dom quedó mirando desde abajo, Cena desde arriba. Y para cerrar la noche, el 17 veces campeón mundial confirmó lo inevitable: habrá revancha con Dominik Mysterio en Survivor Series.
Fue una despedida emotiva, caótica en el mejor sentido y llena de símbolos. Cena se va, pero lo hace fiel a su estilo: dejando una última gran escena para la memoria.





