El Tropicana Field, por fin, vuelve a verse como estadio. Después de más de un año de obras, reparaciones y dudas, los Rays mostraron el momento que toda la gente de Tampa Bay estaba esperando: la colocación del último panel del techo. El mismo techo que el huracán Milton arrancó en octubre de 2024 y que dejó al equipo sin casa y a la ciudad con una herida difícil de ignorar.

Las imágenes difundidas por el club son claras: trabajadores reconstruyendo pieza por pieza, estructuras nuevas tomando forma y un recinto que, después de meses de trabajo pesado, vuelve a mostrarse completo. No hay discursos épicos detrás—solo el esfuerzo de mucha gente devolviéndole vida a un lugar que parecía perdido.

Los números cuentan su propia historia.

Los daños del huracán fueron valuados en 55.7 millones de dólares, y solo la reparación del techo costó más de 22 millones, aprobados directamente por la ciudad de St. Petersburg. Una inversión enorme, pero necesaria para que el estadio pudiera abrir sus puertas en 2026 sin comprometer seguridad ni funcionamiento.

Hoy, con el techo cerrado y las obras avanzando hacia su tramo final, la organización respira un poco más tranquila. Los Rays también. Y, sobre todo, la afición, que ve cómo su estadio deja de ser una zona de reconstrucción para convertirse otra vez en sede de béisbol.

El Tropicana Field está casi listo.

Los Rays, también.

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