Los Denver Nuggets sacaron un triunfo de esos que se ganan con la cabeza fría: vencieron 128–125 en tiempo extra a los Houston Rockets en Ball Arena, en un partido que se movió por rachas y terminó con un giro fuerte en el momento más delicado: Nikola Jokić fue expulsado en el overtime. Aun así, Denver aguantó el golpe y cerró mejor cuando todo se estaba decidiendo en una o dos posesiones.
Houston empezó mandando. Salió con más ritmo, presionó y encontró puntos rápido para llevarse el primer cuarto 30–24 (acumulado: 30–24). Pero en el segundo periodo los Nuggets cambiaron el chip: apretaron en defensa, jugaron con más calma y eligieron mejores tiros. Eso se notó en el marcador: ganaron el cuarto 34–21 y le dieron la vuelta para irse al descanso arriba 58–51.
Después del medio tiempo, los Rockets regresaron con fuerza. Atacaron con más continuidad y ganaron el tercer cuarto 35–31, dejando el juego cerradísimo rumbo al cierre (Denver 89–86). En el último cuarto, Houston siguió empujando, se quedó con el parcial 31–28 y forzó el empate: el tiempo regular terminó 117–117, con el ambiente a tope y cada posesión pesando como si fuera la última.
Ya en el overtime llegó lo inesperado: expulsaron a Jokić, y Denver se quedó sin su pieza principal. Ahí fue donde los Nuggets demostraron carácter: no se desordenaron, defendieron mejor las jugadas importantes y fueron más inteligentes para cerrar. Ganaron el extra 11–8 y amarraron el 128–125.
En los números, Jokić alcanzó a dejar 39 puntos, 15 rebotes y 10 asistencias antes de irse expulsado, y Jamal Murray aportó 35 para sostener a Denver. Por Houston, Alperen Şengün firmó 33-10-10, Kevin Durant metió 25 y además puso 5 tapones, y Jabari Smith Jr. sumó 16 con 4 triples.
Al final, Denver se quedó con un partidazo y un duelo con mucho valor: no solo por el marcador apretado, sino por la manera en que sobrevivió al empate, a la presión y a la expulsión en el tiempo extra para cerrar el juego como equipo grande.





