Los Philadelphia 76ers se metieron al Madison Square Garden y firmaron una victoria con carácter: 116–107 sobre los New York Knicks, un resultado que además cortó la racha de cinco victorias seguidas del equipo neoyorquino.
El arranque fue de ida y vuelta, con los dos equipos respondiendo golpe por golpe hasta cerrar el primer cuarto empatados 29–29. Nueva York apretó un poco el paso antes del descanso y se fue al medio tiempo con ligera ventaja, 59–57, con el Garden empujando y el juego todavía en la orilla.
Pero después del descanso, Philadelphia cambió el ritmo. Ajustó en defensa, encontró mejores tiros y empezó a llevar el partido hacia donde quería. Al finalizar el tercero, los 76ers ya mandaban 88–87, dejando todo listo para un cierre de máxima tensión.
Ahí fue donde los visitantes se hicieron más fuertes. En el último cuarto, Philadelphia fue más frío, más ordenado y más sólido en las posesiones importantes, mientras los Knicks se quedaron sin la misma claridad ofensiva. El resultado fue un cierre contundente para sellar el 116–107 que silenció el Garden.
El motor de la noche fue Tyrese Maxey, quien terminó con 30 puntos y 9 asistencias, acompañado por los 23 puntos de VJ Edgecombe y el peso interior de Andre Drummond con 14 puntos y 13 rebotes. Paul George sumó 16 y trabajo completo. Por los Knicks, Karl-Anthony Towns y Jalen Brunson lideraron con 22 puntos cada uno, y Mikal Bridges agregó 21, pero el equipo no alcanzó a sostenerse cuando el juego se definió de verdad.
Philadelphia ejecutó mejor en los minutos finales y aseguró una victoria clave en Nueva York.





