Los San Antonio Spurs se hicieron fuertes en casa, en San Antonio, y firmaron una de sus noches más completas al aplastar 130–110 al Oklahoma City Thunder, en un partido que se mantuvo cerrado por tres cuartos… hasta que el cierre se convirtió en avalancha.

El arranque fue intenso y parejo, con San Antonio pegando primero para irse arriba 31–29 al final del primer cuarto. OKC respondió con un segundo periodo más sólido y le dio la vuelta antes del descanso: al medio tiempo, el Thunder mandaba 60–58, con el juego completamente abierto y con la sensación de que se definiría en detalles.

Tras el medio tiempo, los Spurs ajustaron mejor. Subieron la energía, encontraron puntos desde varias manos y recuperaron el control del marcador. Al terminar el tercer cuarto, San Antonio ya estaba arriba 87–82, dejando listo el escenario para un cierre apretado… que no lo fue.

El último cuarto fue una paliza. Los Spurs reventaron el partido con 43 puntos en el periodo final, se despegaron rápido y no miraron atrás. El marcador se rompió en cuestión de minutos y el cierre terminó siendo un dominio total hasta el 130–110 definitivo.

En ofensiva, San Antonio repartió el golpe: Keldon Johnson lideró con 25 puntos (5 triples), Stephon Castle aportó 24, Harrison Barnes sumó 20 con alta eficacia y Devin Vassell añadió 17. De’Aaron Fox cerró con 18 puntos y 9 asistencias, y Victor Wembanyama colaboró con 12 puntos.

Por OKC, Shai Gilgeous-Alexander fue el motor con 33 puntos y 8 asistencias, Jalen Williams metió 17 y Luguentz Dort aportó 15 (con 5 triples), pero el equipo se desfondó cuando el juego se aceleró en el cuarto final.

Y el dato que le pone contexto al momento: con esta victoria, los Spurs ya le han ganado sus últimos dos partidos a los campeones, confirmando que cuando se conectan y corren la cancha, pueden competirle a cualquiera.

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