En uno de los partidos más memorables del Christmas Day, Nikola Jokić firmó una actuación simplemente irreal para guiar a los Denver Nuggets a una victoria 142–138 en tiempo extra sobre los Minnesota Timberwolves. El serbio se adueñó de la noche con 56 puntos, 16 rebotes y 15 asistencias, números de videojuego en el escenario más grande.

El partido arrancó con Denver marcando el tono. Los Nuggets pegaron primero y se llevaron el primer cuarto 32–29, jugando con control y castigando cada desajuste. Minnesota se mantuvo cerca y empujó el ritmo en el segundo periodo, pero la ventaja se fue al descanso todavía del lado local: 57–55 para Denver, con todo parejo y con sensación de que la historia apenas iba empezando.

Después del medio tiempo, los Nuggets sí soltaron el golpe fuerte. El tercer cuarto fue decisivo (35–23): Denver subió el nivel, ejecutó mejor y empezó a romper el juego con rebotes y canastas oportunas. Con eso, llegó al último periodo arriba 92–78, y ya en el cuarto final incluso alcanzó a estar ganando por 16 puntos. Se veía como que Denver lo iba a cerrar pero el cierre se volvió una locura.

Porque el último cuarto fue todo de Minnesota. Los Timberwolves apretaron, jugaron con urgencia y fueron recortando la diferencia hasta empatarlo. Y cuando parecía que se le iba a acabar el tiempo, Anthony Edwards se levantó con sangre fría y clavó un triple espectacular para forzar el overtime, dejando el reloj con 1 segundo. Arena prendida, partido amarrado y Navidad en modo película.

En el tiempo extra, Denver se vio por momentos sin ideas y contra las cuerdas, pero ahí apareció el MVP con la jugada que cambió todo: Jokić metió dos triples seguidos para devolverle vida a los Nuggets y recuperar el control emocional del partido. Fue el golpe que rompió la inercia de Minnesota y encendió a Denver justo cuando más lo necesitaba.

A partir de ahí, los Nuggets remataron con ejecución y carácter. Respondieron con un parcial de 9–0 en el tramo clave, ganaron el overtime 27–23 y cerraron la noche con las mejores decisiones cuando ya no había margen.

La tensión fue tanta que el cierre también tuvo drama: Anthony Edwards fue expulsado cuando quedaban 20 segundos (por faltas técnicas), en un final caliente donde el partido ya estaba al rojo vivo.

Además de la línea histórica de Jokić (56-16-15), Jamal Murray también fue clave con 35 puntos y 10 asistencias. Del lado de Minnesota, Edwards lideró la remontada con 44 puntos, acompañado por Julius Randle con 32, en un esfuerzo enorme que se quedó a nada de completar la hazaña.

Al final, fue un partidazo de esos que se sienten especiales: Denver tuvo el control, Minnesota armó una remontada brutal y en tiempo extra, Jokić puso dos bombas seguidas para rescatar a su equipo y amarrar una Navidad inolvidable.

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